Habrá que nunca debe haber habido tantas cosas por haber

martes, 19 de agosto de 2008

49

Hoy subí al colectivo numero 49 aproximadamente a las 13:50 y le indiqué al chofer que marque en su pantalla el precio de un peso.
Me senté en el único asiento par disponible, el primero de la fila. Abrí mi libro y comenzé a leer.
Una chica supongo que de mi edad subió acompañada de una señora gorda con un bastoncillo blanco en la mano que se plegaba al no utilizarlo. Se sentó a mi lado y no se nesecitaron palabras para entender su triztesa.
Con la cabeza gacha hacia el suelo pensando en valla a saber que cosa con la mirada inútil fijamente en el suelo.
Me puse a pensar que se sentirá disponer de solo 4 sentidos a tan temprana edad.
¿Cómo habrá sucedido? ¿Algún día habra disfrutado de la visualización de la vida real? ¿Se habrá enamorado?
Mi recorrido había finalizado. Me paré cuidadosamente pero no se dió cuenta. Le pedí al chofer que me bajara en mi parada correspondiente, a pocos metros de mi casa y cada una siguió su rumbo.

Luciana Tecles