Habrá que nunca debe haber habido tantas cosas por haber

viernes, 25 de junio de 2010

Colgando en tus manos.



No fue COINCIDENCIA encontrarme contigo.
Esto lo hizo el DESTINO.
Había una vez una mamá y un papá. Amor.
Había una vez una mamá, un papá, una nena y yo:La familia más perfecta que puedo recordar en las vagas y borrosas imágenes que se me vienen de vez en cuando y que no se si las invento de tanto que extrao o de que me falta eso, o si son verdad.
Había una vez una cuenta matemática y yo: Una DIVICIÓN, que me rompió el esquema en pedazos. La RESTA de un integrante en mi vida, tan importante que lo lloro todos las noches sin que nadie lo sepa. Y sin exajerar. Algo que quiero evitar de mi vida.La SUMA de toda la tristesa y bronca que tengo acumulada. Y la MULTIPLICACIÓN de recuerdos acumulados que no quiero olvidar.
Había una vez una mejor amiga y yo: No se que pasó, nos alejamos y me costó separarme de un vínculo de "hermanas" que tenía desde chiquita. Hoy lo pienso y no puedo creer que esa pérdida halla sido importante.
Había una vez un Principe azúl y yo:
E hombre que de chiquita idealicé y que un día apareció para cambiarme la vida, para tapar baches que otras personas dejaban vacíos y rotos, con escombros de recuerdos o arreglos que hacer.
Alguien que me hizo cambiar de piés a cabeza. Y que me regala una sonrisa todos los días.
Había una vez 8 amigas y yo: Empezaba mi escuela nueva, y solo las tenía a ellas que algunas demostraron ser lo más aburrido, inpersonal, basura. Gente que no merecía tener nada. Y otras... que daban lástima.
Había una vez 5 amigas y yo:
HABÍA... Este es el final de lo que se dice: "creer en la amistad".Este es el final de algo que fue tan lindo hasta que terminó o mejor dicho... hasta que lo hicieron terminar.
Fue algo totalmente sorprendente, pero llegó el día al fin: de saber lo que necesito y lo que no. De en quien confiar, en quien no. De que es la amistad y lo que no es. De saber que la gente cambia y te traiciona por la más mínima estupides. Como un macho.

Había una vez... La soledad y yo.




Luciana Tecles