Era verdad lo que dijo un viejo amigo. Los amigos cumplen un ciclo.
Yo saqué mis propias concluciones, atra vez de los golpes que voy viviendo, atra vez de las escenas que voy quemando, atra vez de las miradas que pierdo y las caricias que desaparecen.
Lo que me hacía tan feliz, lo que me hacía reir, lo que me conocía de pies a cabeza de cabeza a pies, a quien le entregaba mi vida, quien cumplía la función de lo mejor, lo que me sostenía, lo que enterraba la tristeza y me elebaba hasta lo alto creciendo junto a los concejos más coerentes, lo que reia junto a mi, lloraba junto a mi, vivía junto a mi. Eso me lo robaron. A eso lo dejé ir, Eso es lo que me falta para completar mi felicidad.
Pero sigo con la frente alta, sigo feliz, sigo sabiendo que algún día va a dar media vuelta, va a girar la cabeza, va a mirar el pasado, va a tirar lo nuevo como hiso con lo viejo y va a volver a creer en nuestro sentimiento.
Cumplen un ciclo, es verdad.
Luciana Tecles
