Vivo como si fuera el último día siempre. Desde chiquita se lo enceñaba a mi mamá. Porque ella me decía que todo no se podía hacer en un día. Pero yo si, yo si puedo. Porque la vida es corta, y no me voy a quedar con las palabras en la boca que podría haber soltado. No me voy a quedar con una mala cara, que podría haber puesto, no me voy a quedar con las ganas de escaparme, no me voy a quedar con un te quiero preso, sin salir; como tampoco con un te odio.
Voy a confiar en mucha gente, pero también voy a reconocer a esa que no debo confiar.
Voy a vivir la vida, voy a soñar, voy a leer, tirarme de un paracaidas y que todos mis problemas se queden en las nubes y cuando pise tierra firme, volver a la realidad.
Voy a emborracharme y dejarlo todo, y con la resaca de la mañana recordar que tengo que estudiar para rendir matemática.
Yo soy diferente, siempre lo dije. Tengo una historia diferente, y la vivo diferente. Muy pocas personas me entienden. Y no me quejo, no me quejo.
Luciana Tecles