Habrá que nunca debe haber habido tantas cosas por haber

sábado, 14 de febrero de 2009

14



Tocaste la puerta y ahí estabas. Vestido de blanco, negro, azúl. No me acuerdo.
Llamaste a la puerta, y ahí estabas. Con un auto blanco, negro, azúl. Tampoco me acuerdo.
Lo único que me acuerdo es que me mirbas con los ojos brillosos, no era por el alcohol que habias tomado la noche anterior, quiero suponer (jajaja), porque sigue siendo el mismo brillo que aparece al mirarme el día de hoy.

Tampoco recuerdo si había un árbol, pero si me acuerdo de que nuestros labios se tocaron.

No me acuerdo de que color era el cielo ese día, pero se que toque el mismisimo con las manos cuando me besaste.

Me acuerdo bien, sí. Que te llamabas Matías, de segundo nombre Alejandro. Te apellidabas Nurnberg y yo te llamo "mi vida".


Me acuerdo también que me dijiste te amo, que me compraste con tu mirada y que me enamoraste.
Nos enamoramos. Juntos. Nos amamos.


14 de febrero, no es nada a todos los días que me enamoro de vos.
En mi calendario, en el que tacho con una cruz, esperando al 21. En ese mismo, el día de los enamorados, son los 365.


Te amo.





Luciana Tecles