Habrá que nunca debe haber habido tantas cosas por haber

lunes, 13 de octubre de 2008

No encuentro el título que describa todo esto.


Prometo no extenderme esta vez, a la hora de sentarme a escribir uno de esos fragmentos que explican partes de mi amor por vos. Sólo puedo decirte que cada día que te tengo al lado mío lo disfruto como si hubiese sido el primero, ese día, ese beso que nunca olvidaríamos, y que me siguen provocando famosas cosquillas en la panza. Puedo decir que necesito estar un rato sola con vos mirando el techo abrazados sin pasarce de las reglas/límites, solamente estar juntos y decirnos cuanto nos amamos, necesito estar con vos en silencio. Amarnos en silencio. Comunicarnos al escuchar nuestra respiración.

Me enamorás cuando mi vista se fija a vos por primera vez en el día, y es ese el momento en el cual salto a abrazarte, hasta el momento en el que mis ojos se sierran y no estas más. Pero con ese beso de despedida (sea en el cachete o en la boca) dejas una sonrisa que dura solamente hasta que te vuelvo a ver. Y desde ese momento, todo vuelve otra vez...


Luciana Tecles

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